(Fábula)
Dominando su impaciencia,
con gesto de mansedumbre,
sube el asnillo la cumbre
donde transcurrió su infancia.
- Cuando esté arriba seré
yo más alto que este monte,
y si el eco me responde,
voz como nadie tendré.
Con filosofía asnal,
su camino proseguía
y con tesón conseguía
su deseo el animal-
Más cuando arriba se halló,
vió con asombro y espanto,
que había montes más altos
por todo su derredor.
Contemplando el panorama,
queda parado un momento,
más pronto inicia el descenso,
un tanto de mala gana.
Con o sin entendimiento,
comprendiera el animal,
que antes tuvo un principal
¡pero arriba habría ciento...!
Barcelona 1º Abril 1968 / 1969
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