He quedado con el alma suspendida...
no hay movimiento, no hay calor, no hay ira...
ni hay emoción...
Solo una ligera estela,
lleva al estro del poeta
una leve conmoción
que ni siquiera le inquieta...
¿Posible es vivir así?
pregunta el alma perpleja,
o ¿es acaso morir?
Y es la razón la que deja
la respuesta al corazón.
... y se sigue vegetando
con una vida latente
que no muere agonizando,
consumiendo lentamente
el hálito de su esencia
hundido en su frustración...
BARCELONA
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