Entre naranjos en flor
paseabas tu hermosura
y perfumando el frescor,
la gracia de tu figura
envidia le dió al azahar.
La tarde apacible y bella
de aromas se engalanaba,
de hermosas luces de estrella
y opalinos tornasoles.
La magia de tu presencia
al verde brillo llevole
y a mi corazón la esencia
de un sentimiento sincero.
Entre naranjos en flor
anhelante ya te espero
y despertando el amor,
me has traído lo sublime
de un sentimiento profundo
que me parece imposible.
Bebiendo cada segundo
la dulce luz de tus ojos,
la suavidad de tus manos,
y tus lindos labios rojos,
me enseñaste los arcanos
para la dicha alcanzar.
Entre naranjos en flor
paseabas tu hermosura,
y poseyendo al amor
la gracia de tu figura
envidia le dió al azahar.
Puerto de Sagunto, 5-viii-70
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