Hasta por las vastas tierras
que tienen fama de pardas,
se extiende un manto esmeralda
preludio de primavera.
En el invierno profundo,
fué preparando su anuncio
y luego asomaste al mundo,
el milagro de tu beso.
En tí derrochó Natura
el cuerno de la abundancia,
y un manto de galanura
para realzar tu gracia,
remarcando tu hermosura.
En la escala melodiosa
que entona tu sinfonía,
no se halla una nota ociosa,
pués lo que tienes de hermosa
lo has también de provechosa.
La mariposa libando,
que en tu flor se posa airosa,
va tu caliz fecundando
con sus vuelos diminutos;
que aunque de flores te orlas
con polícromas corolas,
no es un inútil derroche
pués dentro encierran el broche
de sabrosísimos frutos.
El regato se deshiela
y sus revoltosas aguas,
entre las rocas se quiebran
con transparencias pristinas,
y con alegres espumas
engañan a la reina,
que las cree mas profundas
por lo clara y cristalinas.
Los valles rejuvenecen,
la cumbre ya es mas hermosa,
en ella Febo se posa
y sus laderas reverdecen.
Tapices de flores y heno
hay a los piés del poeta
que siente el corazón pleno
ante obra tan completa.
Los atardeceres son
la mas perfecta armonía
que siguen con ritmo lento
al fulgor del mediodía.
Ya un poco anochecido,
con el corazón henchido,
son mas suaves los olores
y mas tiernos los amores.
Barcelona . Marzo 1969.
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