Se quisieron y se amaron
tus padres con gran amor,
y tú colmaste su dicha
añadiendo la ilusión
de tenerte entre sus brazos
como perfumada flor.
En ellos reposas yá,
mucha suerte fué la tuya
que has encontrado un hogar,
donde el amor y ternura,
desde tu más tierna edad
te cubren con su envoltura.
Mucho tiempo desearon
acariciarte y besarte,
ver tu carita de rosa
y tus ojitos de cielo,
esa tu boquita hermosa
y la color de tu pelo.
Largas horas de tí hablaron,
bajo los rayos de luna,
tratando de adivinar
si tendrían la fortuna
de una delicada niña
o de un precioso galán.
Hoy ya no les cabe duda,
pueden ya gozar tu risa
con ojos enamorados,
y contemplar tu sonrisa
que les tiene embelesados.
C. Manzano / Barcelona
Septiembre, 1969
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