Las salas que en un principio empezaron tímidamente a proyectar este tipo de películas del llamado "Arte y Ensayo", han aumentado considerablemente, y de una o dos salas, han pasado a ser ocho las que hay ya en Barcelona, (otras tantas en Madrid) y una novena, el cine Rex, en vías de reformas para tal fín, y que anuncia para muy breve, su inauguración, dentro de esta especialidad. Últimamente, fué el "Aquitania", sala construida expresamente para esta clase de cine vanguardista, y cuya arquitectura y decoración corresponde también a esta idea. Los cines anteriores fueron, más o menos adaptados, algunos prácticamente sin cambios y otros con modificaciones notables. Lo cierto es, que de una u otra forma, son numerosas las salas que han ido desertando del cine convencional para pasar a proyectar películas o documentales de "Arte y Ensayo". Y de este modo, lo que al principio, sólo se exhibía a título experimental y con carácter minoritario, ha pasado, en Barcelona, a considerarse normal y corriente el asistir a este tipo de proyecciones. Siempre y cuando consiga uno entradas porque es tal la afluencia de espectadores que normalmente nunca se puede ir al primer intento; conseguir entradas para la sesión siguiente después de media, o una hora de cola es lo más corriente. Largas y oscilantes filas rodean toda la manzana donde se halla el local. Un conocido mío, que vive cerca de una de estas salas, está pensando seriamente en cambiar de domicilio, pues desde hace meses cuando regresa a su casa ha de atravesar a brazo partido una de estas nutridas colas. Desde luego se trata de una de las salas de más afluencia al proyectarse en ella "Helga" un film documental de iniciación sexual de una crudeza tal que mantiene en la puerta un servicio de ambulancia para los desmayos que suelen producirse en el interior de la sala. La película describe a través de la vida íntima de una joven madre, la venida al mundo de su hijo que vemos nacer cuando la cámara penetra en el quirófano. Se ofrecen, asimismo, muchos detalles que no pertenecen propiamente a los secretos de la vida, sino que son más bien una lección de Biología. Los efectos de la proyección de la película son de tal magnitud que madres de varios hijos sufren un serio impacto a pesar de haber pasado trances semejantes.
Los temas tratados suelen ser fuertes y sin concesión alguna al rubor. En otro film titulado "Crimen en Beverly Hills", nos muestran unos matorrales cercanos a Hollywood, donde es encontrado el cuerpo desnudo y sin vida de una hermosa joven. Un sagaz detective descubre que se trata de la esposa de un científico checo emigrado. El diario de la asesinada contiene numerosas indiscreciones de su promiscua vida amorosa.
Un tercer film, titulado "Soy una cámara", nos relata como un escritor sin trabajo, y una muchacha animadora de un cabaret de Berlín deciden unir sus vidas. Él piensa que "es una cámara" y se decide a observar el mundo que le rodea. Ella dice que "es una mujer" y decide aprovecharse de este mismo mundo...
Y así van desfilando por estas salas, pasiones fuertes, taras, lacras, intimidades, neurosis, etc... Todo esto trae como resultado un cierto embotamiento de la sensibilidad que ya no se inmuta por nada, necesita cada vez emociones más fuertes.
Y yo que recuerdo, hace ya tiempo, como un grupo de señoras se reunieron para ir a ver "Gilda" (que resulta una ñoñería al compararla con los films de las salas de Arte y Ensayo que comentamos) a escondidas de sus maridos como si hiciesen algo prohibido, pude sorprender el otro día en el metro, una conversación entre dos jóvenes de unos 18 o 20 años que se decían: -¿Qué haces esta tarde? -No lo sé, puede que vaya a ver "Helga", y lo decía con el más indiferente de los tonos.
Si realmente esta actitud se debe a una auténtica formación, no hay duda de que el comentario es formidable y natural, es a lo que debemos aspirar; que nada humano nos resulte extraño o desconocido. El problema estará a lo sumo en la conveniencia de que esto ocurra a una edad u otra. Y da la coincidencia de que los jóvenes y aún adolescentes son los más asiduos espectadores.
Por otro lado, al ser proyectadas las películas en versión original, con subtítulos en español, condicionan al espectador a tener algún conocimiento de idiomas, o bien seguir atentamente los letreros; en según qué temas observar las imágenes es suficiente por lo elocuentes, no hace falta más para su comprensión.
Otro aspecto magnífico es poder escuchar voces célebres en bocas de sus propios dueños; el porcentaje mayor del éxito de artistas como Richard Burton, Sir Lawrence Olivier y hasta la misma Sofía Loren, creo que son atribuidos a sus voces.
Al mismo tiempo que se exhiben las películas, se editan también libros con los guiones de las mismas. Coincidiendo con un ciclo dedicado a Antonioni que se proyecta en el Aquitania, y que comprende "Blow up", "El grito", "Las amigas" y "La aventura". Se ha publicado un doble volumen de la sección "Artes" de la colección "El libro de bolsillo", y parece tener también gran número de lectores.
En resumen diré, que como todo lo nuevo o experimental, este tipo de proyecciones, parecen tener dos aspectos: uno bueno, y otro no tanto. Nosotros deseamos de corazón que predomine el primero.
Desde Barcelona
1º Abril, 1969.
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