Paseando la mirada
por los grises tornasoles
de las cárdenas montañas,
siento el alma derramada
y fundida en sus colores
en una vivencia extraña,
como si una mano artista,
en polícroma paleta,
a mi mente recoleta
plasmara en tela infinita...
Esplugas. 74 '78.
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